martes, 1 de marzo de 2011


Punto de Vista
Mario Tassías

Hoy damos a conocer una carta de solidaridad con la lucha de las mujeres del mundo que quieren un mundo donde los hombres y las mujeres tengan igualdad de derechos, las mismas oportunidades en el acceso al conocimiento, a la educación, a la alfabetización, a la educación y a la toma de decisiones, y los mismos derechos a trabajar y a tener salarios justos.
Ellas exigen, se lee en el texto, un mundo donde los Estados inviertan en la salud de las mujeres y en la de sus hijos, sobre todo en salud materna. Son ellas las que hablan:
En 2011, en que el Foro Social Mundial se une a los pueblos de África por tercera vez después de Malí (2006) y de Kenia (2007), las mujeres de diferentes partes del mundo, reunidas en Dakar, reafirmaron su solidaridad y admiración por las luchas de las mujeres de Senegal, de África y del mundo entero.
Argumentan que siguen sufriendo las mismas crisis mundiales a nivel económico, alimentario, ambiental y social, y constatan con preocupación que estas crisis perduran y se profundizan. Estas crisis, aducen, son la expresión del modelo de sobreexplotación del trabajo y del medio ambiente, y por la especulación financiera en la economía. Las mujeres, afirman que debe cambiar este modelo de sociedad, y con ello el modelo económico. Este de producción y de consumo, que genera más pobreza.
En su texto dicen que avanzan en la construcción de alternativas para enfrentar estas crisis. "No podemos aceptar que los intentos por mantener el sistema actual se realicen a expensas de las mujeres". Rechazan la intolerancia y la persecución de la diversidad sexual. Las prácticas culturales que atentan contra la salud, el cuerpo y el alma de la mujer.
Condenan el feminicidio, la trata de mujeres, la prostitución forzada, el abuso físico, el acoso sexual, la mutilación genital femenina, los matrimonios precoces, los matrimonios forzados, la violación, utilizada sistemáticamente como arma de guerra y la impunidad de quienes cometen estos actos de terror contra las mujeres.
Condenan toda forma de acaparamiento y de colonización de tierras pertenecientes a campesinas y campesinos, por Estados o por empresas transnacionales. Condenan los cultivos transgénicos que son perjudiciales para la biodiversidad y la vida. Dan un no rotundo a la carrera armamentista y a la carrera nuclear a expensas de la inversión, en favor de programas sociales, de salud y de educación.
En ese contexto se proponen reforzar su lucha para que nuestros países logren una soberanía económica, política y cultural con respecto a las instituciones financieras internacionales. Queremos la cancelación de las odiosas e ilegítimas deudas y una auditoría ciudadana que permita a los pueblos solicitar una reparación: las mujeres no deben nada, son el primer acreedor de la odiosa deuda. Exigimos la soberanía alimentaria de los pueblos y el consumo de productos locales, el uso de nuestras semillas tradicionales y el acceso de las mujeres a la tierra y a los recursos productivos.
Hacen un llamado a ratificar y a aplicar, todas las convenciones internacionales, en particular el Convenio 156 y el Convenio 183 de la OIT. Queremos la democratización de las comunicaciones y del acceso a la información. Nos solidarizamos con las mujeres palestinas por un Estado palestino democrático, independiente, soberano, con Jerusalén como capital, y por el retorno de los refugiados de conformidad con la Resolución 194 de las Naciones Unidas, con las mujeres de Casamance por el retorno de la paz.
Apoyan la lucha de los pueblos de Túnez y Egipto por la democracia. Las mujeres de la República Democrática del Congo por el fin del conflicto. Las mujeres kurdas, por una sociedad democrática, ecológica, libre e igualitaria entre mujeres y hombres y donde exista el derecho a utilizar su lengua materna en la educación.
Se solidarizan con las mujeres Saharaui, por la obtención de su derecho a la libre determinación, de conformidad con la resolución de la ONU y por el encuentro de una solución pacífica, de conformidad con la Carta del Foro Social Magrebí.
Se solidarizan con todas las mujeres víctimas de desastres naturales, como los de Haití, Brasil, Pakistán, Australia... con los millones de niños y mujeres refugiados y desplazados, para que puedan retornar a sus tierras y para su libre circulación.
Proponen la creación de redes de alerta e información sobre y para mujeres que se encuentren en zonas de conflicto o de ocupación. Proponen que el 30 de marzo sea el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino y hacen otro llamado al boicot de los productos de los ocupantes israelíes. Apelan a la creación de un Foro Internacional de Solidaridad con la Lucha del Pueblo Palestino en el 2012.
Reconocen las luchas de todas las mujeres del mundo y hacen suyas sus reivindicaciones: "lo que le sucede a una de nosotras, nos incumbe a todas. Es por eso que debemos luchar juntas", puntualiza este epistolario, que suscriben 18 organizaciones de hombres mujeres de los cinco continentes.

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