miércoles, 30 de marzo de 2011

Punto de Vista
Mario Tassías

Uno se pregunta, si el PAN el PRD tenían cada cual por su cuenta y desde hace tiempo, a su gallo para ganarle al ahora destapado del PRI en el Estado de México, ¿qué necedad de exhibir sus miserias? Para qué tanto brinco si el suelo está parejo. O los tumbos son parte de la estrategia publicitaria.
Porque hay de gallos a gallos, a Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez (Ciudad de México, 13 de mayo de 1954), del PRD sus apologistas le hacen ver como el mejor posicionado, como si estar colocado o situado arriba en las encuestas a poco más de 90 días de las elecciones, fuera suficiente garantía para alzarse con el triunfo. El otro es Luis Felipe Bravo Mena (León, Guanajuato, 28 de septiembre de 1952), candidato del PAN, gracias a la declinación de José Luis Durán Reveles y Ulises Ramírez, es según sus panegiristas una carta fuerte, que lo intenta por segunda vez.
No hace mucho, en clases de mercadotecnia, el maestro comentaba que muchas empresas recorren, aún en contra de la ética, a la publicidad de lo absurdo, para buscar el posicionamiento, neologismo extendido en el lenguaje periodístico desde los años ochenta del siglo XX, cuyo uso resulta útil, como intransitivo pronominal, con el sentido de 'adoptar una determinada posición o actitud ante algo'. Este podría ser el caso.
Con panistas y perredistas, ocurre ese fenómeno. A la audiencia no se le puede pasar el dedo por la boca. Y los números y porcentajes no cuadran con el momento que viven los dos institutos políticos.
Imagine a una embarazada que se ha preparado para tener un bebé, se le adelanta el parto y en lugar de uno tiene gemelos a quienes no puede acomodar en una sola cuna. Suponga a Jesús Zambrano recientemente electo líder nacional del PRD y a Gustavo Madero dirigente nacional del PAN, a las puertas del registro civil en espera del novio para casarlo con una candidatura y resulta que aparecen dos para casarse con la misma designación.
Ahora pregúntese por los 190 mil 925 mexiquenses, que el domingo último de marzo acudieron para decir que sí a la Alianza PAN-PRD, invitados a la boda y que festejan el respeto de su testimonio avalada por la "jueza" organización Alianza Cívica y ahora les salgan con que no hay casamiento porque ni modo que la novia se case con dos a la vez. La poligamia ya no es delito pero sería mucha desfachatez.
Es cierto que todavía se conocen cifras del 76% de las mesas instaladas pero de todos modos, no se vale no hacerles caso. Fueron invitados a una boda a celebrarse el 3 de julio, podrían no asistir o peor aún convertir su opinión a favor de quienes en alianza pretenden vencer a un rival que ya va en camino.
De que valió el ejercicio. Al menos para los 46 mil 640 que votaron por el no, la incongruencia les da razón, a los 7002 que dijeron no, tienen el consuelo de la advertencia y a lo mejor aparecen como sabios y hoy confirmen "se los dije", los 5 mil 686 anulados saben que al estar invalidados, los desautorizan para emitir cualquier comentario. Según porcentajes aún sin contar la totalidad de los votos emitidos en las 958 mesas instaladas confirman que 19% rechazan la alianza, 3% no saben y 2% anularon su voto.
Lo que ignoramos es que la alianza entre panistas y perredistas sigue viva. La designación de Encinas Rodríguez y Bravo Mena, es parte del procedimiento para la búsqueda del mejor posicionado, con lo que s vislumbra una ruptura definitiva, aunque en política todo puede suceder, cuando la lucha entre facciones es intensa, el político se interesa, no por todo el pueblo, sino por el sector a que él pertenece, los demás son enemigos, adversarios, contrarios, rivales, hostiles, contrincantes, discrepantes, oponentes, antagonistas, incluso piratas.

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