viernes, 27 de julio de 2012





Inconformidad por detonacion de dinamita en bancos de arena de San Cristobal



ALBERTO HERNÁNDEZ
Habitantes de la zona sur de San Cristóbal de Las Casas expresaron su inconformidad por las explosiones de dinamita que realizan frecuentemente los trabajadores que laboran en las minas o bancos de arena ubicadas en la colonia Salsipuedes.
En entrevista, Domingo Meneses López, representante de la colonia 10 de abril, ubicada en la zona, dijo que los trabajadores realizan la detonación de dinamita cada tercer día, por lo que, como colonos, han realizado varias solicitudes para detener la destrucción de las montañas, sin embargo no han obtenido respuesta por parte de las autoridades municipales y estatales.
"Cada tres días explotan dinamitas, lo que podría provocar riesgos en la salud por el exceso de polvo que se almacena en los domicilios particulares", alertó.
En tanto, Miguel Ángel García, coordinador general de la organización Maderas del Pueblo del Sureste A. C señaló que la explotación de las minas de arena en la zona sureste de San Cristóbal, se realiza desde hace 30 años de manera ilegal, por lo que se calcula que en 20 años, la ciudad podría quedarse sin agua para la supervivencia de sus habitantes.
Reveló que durante el año pasado varias organizaciones solicitaron a las autoridades un alto a la destrucción de las minas de esta zona y descubrieron, por medio del acceso a la información pública, que hay 52 minas en toda la ciudad, de las cuales por la presión que ejercieron a las autoridades estatales, hasta la fecha han cancelado únicamente 12 minas, sin embargo siguen operando las otras 40.
Expresó que lo más grave de la situación es que se ha calculado que en 20 años se acabará el agua en San Cristóbal, debido a tres factores: la explosión de minas de la zona sureste, el relleno y desaparición de humedales y la extracción de 500 millones de litros de agua que realiza la empresa refresquera Coca-cola a través de tres pozos profundos.
Aclaró que las minas que aún siguen en función no cuentan con los permisos de cambio de uso de suelo, ni con el permiso federal para la remoción de la vegetación forestal y no tienen la evaluación de impacto ambiental que establece la Ley Estatal de Ecología. Denunció que el impacto de estas minas a cielo abierto en la salud de la población es directo, sobre todo por la presencia de polvo que afecta las vías respiratorias de las personas que tienen sus viviendas cerca de las minas, sobre todo a niños y adultos mayores.

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