lunes, 22 de octubre de 2012

EL OBISPO FELIPE ARIZMENDI CONDENA LA VIOLENCIA UTILIZADA POR LA POLICÍA EN FALLIDO DESALOJO DE TERRENOS EN SCLC


*Toda persona, indígena o policía, inocente o culpable, periodista o autoridad civil, es digna de respeto y es reprobable todo abuso de fuerza, venga de donde venga;

San Cristóbal de Las Casas, Chis., 21 OCT.-El obispo de la diócesis de esta ciudad, Felipe Arizmendi Esquivel lamentó el clima de violencia generado por la invasión de terrenos y por los operativos para desalojar a los que se considera “invasores”, como lo ocurrido el viernes pasado en esta ciudad, donde resultaron heridos más de veinte de personas, entre ellas seis policías que están graves.

Calificó la situación como preocupante, ya que toda persona, indígena o policía, inocente o culpable, periodista o autoridad civil, es digna de respeto y es reprobable todo abuso de fuerza, venga de donde venga; ni el hecho de ser o aparecer pobre, ni ser representante de la fuerza pública, autoriza el recurso a una violencia indebida entre seres humanos.

Comentó que en la Biblia es constante la defensa de los pobres y la condena contra quienes acaparan tierras y más tierras, dejando totalmente desamparados a los indigentes, despojándolos de lo que les pertenece, pero es igualmente condenado apropiarse de lo que pertenece al prójimo, codiciar la casa o el campo que no son propios”, señaló el obispo.

Alrededor de 600 policías estatales y varios municipales intentaron desalojar ayer el rancho El Ellar de nueve hectáreas, propiedad de la pintora estadounidense Flora Edward y de sus dos hijos mexicanos –ubicado en el poniente de esta ciudad—, tomado el 5 de este mes por más de 400 indígenas de diversas organizaciones.

El fallido operativo dejó más de 20 lesionados, entre ellos seis agentes que fueron retenidos y golpeados por los invasores, de los cuales dos fueron trasladados a Tuxtla Gutiérrez debido a su gravedad.

Arizmendi Esquivel manifestó que “hay leyes agrarias que deben de regular el acceso legítimo a la tierra, evitar los latifundios, determinar qué tierras no están debidamente cultivadas y aprovechas por sus dueños, para que puedan y deban ser expropiadas en favor de los pobres, pero esto debe ser regulado por la ley, no por líderes que se enriquecen explotando a sus propios semejantes pobres”.

Reiteró que “apropiarse de lo que no es de uno, sin que medie una resolución judicial, es intentar hacerse justicia por propio arbitrio, con la posibilidad de igualmente cometer abusos y atropellos contra los derechos ajenos”.

Expresó que “cuando los pobres también caen en la tentación de la ambición, de tener más y más, de apropiarse de lo que no es suyo sin mediación de la autoridad competente, violan también el séptimo y el décimo mandamiento, que ordenan no robar ni codiciar lo ajeno”.

Afirmó que la Iglesia Católica “alienta las mesas de diálogo para encontrar soluciones justas y pacíficas, para que los pobres tengan acceso a una vida más digna, respetando ellos también la propiedad ajena, pues el respeto a los justos derechos de los demás, es la condición para la paz social”.

El obispo también lamentó y repruebo en un comunicado las amenazas y ofensas al reportero Carlos Herrera Hernández (a quien los invasores sacaron de la propiedad a la que había sido invitado a pasar para entrevistar a los líderes) y me uno a quienes exigen respeto a la labor justa e indispensable de los comunicadores.

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