viernes, 8 de febrero de 2013


En Síntesis…
Vinicio Portela Hernández
Empleados apócrifos en el ISSSTE
El delito de “Uso de Documento Falso” se encuentra previsto y sancionado en el Código Penal Federal, en su artículo 246 fracciones V y VII, el cual describe que es: “Hacer uso de un documento falso o de copia, transcripción o testimonio del mismo, sea público o privado.” Además de: “Hacer uso de una certificación verdadera expedida para otro, como si lo hubiere sido en su favor”.
Este delito es sancionado con una pena corporal de 4 a 8 años de prisión y multa de 180 a 360 días de salario mínimo vigente cuando los documentos son expedidos por instituciones públicas.
Pero para que se configure esta violación federal, primeramente se tiene que realizar la “Falsificación de Documentos”, el cual se encuentra estipulado en el Artículo 244 del Código Penal Federal.
Y si a esto le agregamos que dichos documentos sirvieron para como currículum para que un servidor público ocupara un cargo, pues se le agregaría otro delito el de “Falsedad de Informes de Datos a una Autoridad Pública” que en el Artículo 247, del citado código federal, señala: “Se impondrán de cuatro a ocho años de prisión y de cien a trescientos días multa: I.- Al que interrogado por alguna autoridad pública distinta de la judicial en ejercicio de sus funciones o con motivo de ellas, faltare a la verdad”. 
En estos dos últimos articulados la pena es de 4 a 8 años de cárcel, es así que aplicando la aritmética se puede deducir que un servidor público que altere su currículum con documentos falsos podría hacerse acreedor hasta 24 años de prisión
Por lo anterior es increíble que instituciones sigan solapando a delincuentes que se esconden en documentación apócrifa.
En la Delegación Chiapas del Instituto de Seguridad y Servicios de los Trabajadores del Estado está vuelto un “cochinero” donde el fraude y los robos son comunes y corrientes desde que tomó la titularidad Félix Mendoza Acuña.
El ISSSTE ya no es un organismo que se preocupe por los derechohabientes, lo único que le inquieta al Delegado es dónde cobrar más diezmos a sus proveedores, acosar sexualmente a las trabajadoras y más recientemente proteger a sus “compinches” que se disfrazan de profesionistas.
En esta “Síntesis” dimos cuenta de diversos de estos “profesionistas” apócrifos que existen en la Delegación del ISSSTE y que estaban siendo investigados por las autoridades por no cumplir con los requisitos que les exigen para ocupar un cargo público.
Los protegidos de Félix Mendoza Acuña son muchos y todos les generan dividendos y poder al interior de esa institución de seguridad social.
Por ejemplo, el Director del Hospital General “Dr. Belisario Domínguez”, Víctor Manuel Hernández Guerra, se anuncia en la Sección Amarilla como Médico especialista en Geriatría y Gerontología y dice ser del ISCM de La Habana, Cuba y con cédula profesional 79920.
Hernández Guerra, de origen cubano, miente al afirmar que tiene cédula profesional, ya que ese número pertenece legalmente a Francisco Rubén Mera Nava, Médico Cirujano egresado de la Universidad Autónoma de México y que le fue expedida en 1960. Esto verificado en el Registro Nacional de Profesionistas.
Que confianza pueden tener los derechohabientes del ISSSTE cuando el Director de un Hospital no es apto para ocupar ese lugar y más grave aún, que ejerza como médico sin que lo sea, todo esto bajo la protección de su “patrón” Félix Mendoza Acuña.
Otro de los “achichincles” del Delegado es su flamante Subdelegado Administrativo, Marco Antonio González Aquino, quien es el encargado de “exprimir” hasta el más mínimo diezmo a los proveedores del ISSSTE a fin de mantener contento a su jefecito.
González Aquino se dice ser Ingeniero en Electrónica y presentó su cédula profesional para ser contratado, sin embargo no coincide y esta pertenece verdaderamente a José de Jesús Torres Avelar egresado de la Universidad de Guadalajara en la Licenciatura en Contaduría Pública y le fue expedida en 1998.
Esto sin olvidar, al que ya se convirtió en su brazo represor, a Rodolfo Ruiz Mora, Jefe de la Dirección de Atención al Derechohabiente y Comunicación Social de la Delegación del ISSSTE, también tiene una larga cola que le pisen.
Ruiz Mora se acredita profesionalmente como Licenciado y Profesor, pero de los documentos que lo verifiquen no hay nada, se hicieron humo pero aún así le dieron el empleo.
En el Registro Nacional de Profesionistas el encargado de la Comunicación Social del ISSSTE en Chiapas no aparece, es nulo.
A estos tres servidores públicos la justicia no los alcanza ya que tienen el respaldo del “Capo Mayor” Félix Mendoza Acuña, que no denuncia estas anomalías y mueve las piezas de la Delegación Federal como si se tratara de una banda delincuencial.
La protección desmedida del Delegado también lo pone como coparticipe de los delitos federales: Uso de Documento Falso, Falsificación de Documentos y Falsedad de Informes de Datos a una Autoridad Pública, y siendo estricto hasta podía encuadrarse el delito de “Usurpación de Profesión”.
Hoy la Procuraduría General de la República está atada de manos para investigar a fondo a estos delincuentes que se disfrazan de profesionistas y defraudan a la federación por cobrar un salario, sin merecérselo por la sencilla razón que no hay una querella de por medio.
Las autoridades, sea la PGR o las mismas del ISSSTE, deben poner un alto a lo que ya se convirtió en la mayor burla a los derechohabientes al permitir que Félix Mendoza Acuña y su esbirros se hagan ricos a costa de las aportaciones y enfermedades de los trabajadores.
Posdata
A quien corresponda:
1.- Quiero aclarar que nunca me han corrido de una institución federal.
2.- ¿Quién es el que trae en la mira a quien?
Terminé
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