miércoles, 13 de marzo de 2013

EDITORIAL

PROXIMAMENTE  SEMANA MAYOR O SEMANA SANTA.

Después de haber escrito sobre las condiciones en que los cristianos verdaderos se conducen en sus actividades y su diario vivir, pone en relieve los acontecimientos vividos hasta el día de hoy en que la administración actual trata de encaminar el destino, en que los chiapanecos nos encontramos inmersos en tiempos que la situación económica es precaria, como ya mencione en ediciones pasadas: "la falta de empleo, la carestía en los insumos de primera necesidad, las faltas de pagos a los que ya han prestado un servicio y este ha sido a la administración pasada; pero,  "es ahí donde se la pasan aventándose la bolita a ver a quien le cae". Y así por el estilo lo sembrado a cosecharlo, pero no para bien, sino para seguir empeorando la situación de los que habiendo prestado un servicio al estado aun no se les ha pagado. Y en esta situación no se puede labrar un porvenir brillante. ¿Entonces que se puede hacer para tener un futuro prometedor?  Algo que quizá nos pueda ayudar es utilizar la sobresaliente capacidad que todos poseemos ¿cuál? La de analizar las consecuencias a largo plazo de nuestras decisiones.
Hay que reconocer que puede resultar difícil tomar decisiones pensando en nuestro bienestar a largo plazo. ¿A qué se debe? A que vivimos en la sociedad del "aquí y ahora". Por ejemplo, tal vez se haya dado cuenta de que aplicar los consejos constructivos puede ayudar  a forjar sólidos lazos en los gobernados. Pero claro, eso exige que no se deje absorber  en alcanzar puestos relevantes sino que cumplir con el que ya se tiene y sacar adelante a la sociedad a la cual representa.
Tal como ocurre en muchos otros ámbitos de la vida, es necesario decidir entre las satisfacciones inmediatas o el éxito a largo plazo. ¿Qué lo ayudará a tomar la decisión correcta? Seguir los siguientes cuatro pasos: 1.- Piense en los resultados, ante una decisión, trate de ver los resultados siendo lo más realista posible. Un libro importantísimo que es la Biblia nos dice: "sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse". Si usted prevé que los resultados van a ser malos, se sentirá motivado a descartar esa decisión. Pero si ve que serán buenos, querrá llevar la a la práctica. En la próxima edición seguiremos con los demás pasos.

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