COMENTARIO A TIEMPO
Teodoro Rentería Arróyave
Insistimos, fuerte escandaliza se armó con la
denuncia, entiéndase bien periodística, de la actuación de cabilderos, sobre
todo extranjeros, que al través de lucro logran torcer los intereses de la
nación y de los mexicanos.
Eso, de que dichas firmas extranjeras ganan hasta un
millón de dólares por cada artículo que logran cancelar o cambiar de las
iniciativas de ley, en especial las que son presentadas por el Ejecutivo
Federal, de acuerdo a los intereses de los grupos que las contratan, derramó el
vaso de la actuación de no pocos legisladores que se vendían al mejor postor.
Apenas en la víspera, comentábamos, que dicho cabildeo
millonario, ingenuidades aparte, provocaba la corrupción entre los
legisladores.
Prueba de lo que afirmamos, es el mismo hecho de que
la Cámara de Diputado se vio en la necesidad de modificar su Reglamento Interno
con el propósito de poner un hasta aquí a los abusos y corruptelas detectadas.
Si no existiera ese escenario de corrupción, no había la
necesidad de renovar las reglas al interior de la Cámara baja.
No obstante que la nueva normatividad prevé una serie
de cambios para amarrarles las manos tanto a los cabilderos como a los legisladores,
nos parece que es insuficiente.
El dictamen, que fue aprobado por unanimidad con 457
votos, es decir de todos los diputados presentes de todos los partidos
representados, tiene como objetivo fundamental, acabar con el tráfico de
influencias al establecer que ningún familiar de los legisladores hasta en
cuarto grado, de arriba abajo y de ambos lados, lo que incluye a padres, hijos,
hermanos, abuelos, nietos y tíos, además de su personal de apoyo, podrán
realizar trabajo de cabildeo en San Lázaro.
Sin embargo la puerta se dejo medio abierta, puesto
que aunque se reduce a 20 cabilderos acreditados en cada una de las comisiones
legislativas y toda persona moral sólo podrá registrar a dos integrantes de su
institución para realizar “negociaciones” con los legisladores, la suma es
preocupante.
Sí tomamos en cuenta que son 40 las comisiones
ordinarias, olvidémonos de las especiales y bicamerales, tendríamos trabajando
con la nueva normatividad, nada menos que 800 cabilderos. Una caterva de
sujetos maniobrando en contra de los intereses del país y los mexicanos.
Estamos de acuerdo con la posición de Movimiento
Ciudadano, MC, representado por Merilyn Gómez Pozos, proponente de la reforma, cuando
afirma que si bien es cierto que la actividad de los cabilderos tiene ventajas
como otorgar una mejor información a los legisladores, acceso al conocimiento
especializado y fortalecimiento de las vías de comunicación, lamentablemente su
regulación es insuficiente.
Máxime que los legisladores rechazaron dos reservas
del vicecoordinador del MC, Ricardo Mejía Berdeja, quien había propuesto que
cada cabildero registrado en la Cámara baja, al final de cada periodo, debería
presentar un informe de gastos y actividades ejercidas en ese tiempo, sin
embargo, con el voto en favor del PRI y el Partido Verde, las reservas no
prosperaron.
En conclusión, es insuficiente la normatividad y por
consecuencia los cabilderos seguirán despachándose con la cuchara grande, no
obstante la prohibición de que los legisladores reciban “dádivas”, en especie o
efectivo, por parte de los negociadores de empresas privadas para influir en
las decisiones legislativas. Asómbrese
amigo lector o radioescucha, los antiguamente llamados “padres conscriptos”,
aceptan viajes patrocinados por dichas firmas cabilderas.
Periodista
y escritor, Secretario de Desarrollo Social de la FELAP, Presidente fundador y
vitalicio honorario de la FAPERMEX, ex presidente del Club Primera Plana.
Agradeceré Sus comentarios y críticas en teodoro@libertas.com.mx,
teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la
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